En la Cañada Real, la voluntad del vecindario y la iniciativa solidaria alimentan un motor de cambio para sacar de la pobreza energética a cientos de hogares. United Way España está allí para potenciarlo.
El asentamiento de la Cañada Real, a las afueras de Madrid, aparece a menudo en los medios de comunicación como un raro ejemplo de caos en mitad del supuesto orden del que se enorgullece el primer mundo. En noviembre de 2021 quisimos comprobar de primera mano cuánta verdad hay en esa imagen. Encontramos una población tejida como antaño, familia a familia, llegada a llegada, creciendo en el ejercicio de la arbitrariedad hasta que el tiempo la ha consolidado como lo que parece: un lugar donde vive mucha gente en inadmisibles condiciones de precariedad. Personas ajenas a la maquinaria administrativa y el estigma político cuyas necesidades requieren respuesta todos los días.
Mientras Madrid se preparaba para su iluminada Navidad de capital europea, en la Cañada constatamos dos realidades tan ciertas como el sol: que la mitad de las personas que la habitan son menores de edad y que todas ellas viven sin suministro eléctrico desde octubre de 2020. Hay muchas hipótesis sobre las causas de este problema y, sobre todo, sobre las posibles formas de solución, pero ninguna parece alcanzar un terreno consistente que ponga fin, en el corto plazo, a situaciones que sí son tangibles. Quien no tiene luz, no puede combatir el frío, no puede iluminar una reunión familiar, no puede hacer los deberes, ni enviar un currículum, ni pedir una cita para vacunarse. Hay casos que afectan directamente a la supervivencia, como los de las personas enfermas que dependen de un aparato eléctrico para respirar. En una sociedad llena de buenas intenciones institucionales y corporativas, cientos de personas viven salvándose como pueden de una inestabilidad sobre cuyo origen planea una falta de consenso que obstaculiza las oportunidades de progreso. Para la población de la Cañada —especialmente la más joven— todo esto supone un tapón social objetivamente injusto que no podemos permitir.
Afortunadamente, también encontramos allí personas que combaten la desidia a pie de calle —con luz o sin ella— y que atraen con su iniciativa a quien puede crear una maquinaria de cambio todavía más fuerte. Es el caso de Rahma Hitach, una mujer que lucha por dignificar las condiciones de vida de la Cañada liderando una asociación de activismo vecinal. Rahma nos habló del programa Cañada Solar que consiste en la instalación de placas fotovoltaicas —con la participación activa del propio vecindario en actividades de formación— para dar electricidad a las casas o sustituir los generadores de gasolina que provocan todo tipo de problemas (medioambientales, entre otros). Nos pareció que el proyecto tenía un potencial extraordinario porque, además de luz y calor, aporta un componente de formación profesional en torno a las energías renovables e infunde un espíritu no asistencialista a la comunidad para que sea artífice de sus propias soluciones. Soluciones técnicas y económicas, porque Cañada Solar incluye un diseño de financiación que permite a estas familias comprometerse con el pago de los costes.
En definitiva, no se trata de regalar la energía, sino de posibilitar que la población de la Cañada pueda instalarla y costearla de manera autosuficiente y sostenible adquiriendo un aprendizaje por el camino. Detrás de Cañada Solar está la entidad social Light Humanity, que ha llevado a cabo proyectos similares en otros países y que ya había dado energía solar a algunos hogares de la Cañada cuando United Way España supo del proyecto. «Rahma fue la primera valiente que apostó por la luz solar. La situación de la Cañada es, de alguna manera, peor que en otros lugares del mundo donde hemos trabajado, porque la falta de energía genera mayores diferencias sociales. La gente que vive allí, en su mayoría, no puede vivir en otro lado. En España no está interiorizado el problema de la pobreza energética extrema. Es algo difícil de asumir, pero existe. Además, el tema del realojo no está claro, hay muchos casos que pueden tardar diez o quince años en resolverse». Son palabras de Eugenio García-Calderón, fundador de Light Humanity, que nos dio las claves para definir el punto preciso en el que el trabajo de United Way podría potenciar el impacto de su labor.
¿Cómo contribuir a cambiar la suerte de tantas familias? Cuestiones estructurales aparte, la precariedad por la falta de suministro eléctrico es una situación inadmisible cuyos efectos no podemos dejar crecer. Pusimos en funcionamiento nuestra particular forma de sinergia con la seguridad de que provocaría el efecto multiplicador que tantas veces hemos promovido.
Aprovechando las fechas prenavideñas, diseñamos una campaña llamada La otra lotería, centrada en un sorteo solidario que era, ante todo, un llamamiento a mirar sin prejuicios la realidad de la Cañada. No dudaron en sumarse Impact Hub —siguiendo su nuclear compromiso con la sociedad— y una serie de marcas que cedieron productos para atraer a los cientos de personas altruistas que participaron en el sorteo. Con el dinero recaudado, más de 7.000 euros, Light Humanity pudo rebajar el coste de instalación de las placas solares en 20 de los 140 hogares con mayores dificultades, los que la entidad denomina «grupo 1» en base a un minucioso estudio de campo que realizan sus especialistas en intervención social.
Fuimos ramificando el mensaje en redes sociales y medios de comunicación hasta llegar a oídos de otras empresas que se fueron uniendo al objetivo. Pero esta vez con el extraordinario valor añadido de la perspectiva a largo plazo. La agencia We The Root realizó un reportaje que recoge la exposición del problema y nuestra propuesta de solución; el video llamó la atención de Enertis, una de las empresas que lideran el sector de las energías renovables que, además de hacer un donativo, se ha sumado a la causa con un proyecto de voluntariado corporativo diseñado por United Way España con el que aportaremos conocimiento y recursos humanos a Cañada Solar. El compromiso de Enertis se está haciendo extensivo a otras organizaciones gracias a que nos conectaron con la Unión Española de Fotovoltaicas, cuya maquinaria de comunicación al servicio del proyecto está ampliando el engranaje de apoyo y ya nos ha permitido reunirnos con dos empresas más.
Y esto es solo el principio. Durante 2022 vamos a seguir trabajando para que más hogares puedan hacer frente al coste inicial de sus placas solares, eliminando así el cuello de botella que les impide normalizar su situación energética. En ese «grupo 1» de hogares con especiales dificultades todavía hay 120 sin acceso a la luz.
Pero nuestra sinergia va más allá: no se trata solo de recabar dinero y buenas palabras, sino de reforzar una ruta hacia otra realidad, una en la que la población de la Cañada Real alcance con su propio esfuerzo y un poco de apoyo los parámetros de vida de un país orgulloso. En la que las generaciones más jóvenes sientan que la fuerza asociativa de su comunidad les ayuda a salir de la penumbra; que el proyecto técnico y social de Light Humanity les aporta luz, calor y algo más; una realidad en la que la solidaridad ciudadana con gestos como La otra lotería sea real y efectiva; una realidad a la que las empresas y su personal voluntario se acercan para ayudarles a redefinir su itinerario profesional y, por tanto, vital.
Desde United Way España seguiremos trabajando para evitar que la marginalidad se transmita de unas generaciones a otras en la Cañada Real, porque sabemos que no es cuestión de suerte, sino de voluntad. Seguiremos iluminando las zonas de conexión entre agentes cuyo esfuerzo coordinado pueda reducir las desigualdades. En palabras del fundador de Light Humanity: «Vivimos en la era de la normalización frente al asentamiento orgánico, pero la norma no ha hecho su trabajo esta vez. La situación de la Cañada Real demuestra nuestro fallo como sociedad y, por tanto, la necesidad de un compromiso común para encontrar soluciones».
Ningún cambio es tan posible como el que se construye uniendo fuerzas.
¿Quieres sumarte al proyecto?
Ayúdanos a sacar de la pobreza energética a 120 hogares de la Cañada Real.
#LiveUnited
¡ÚNETE!
DIFUNDE – IMPLÍCATE – DONA